La victoria de Alberto Contador en el Giro, la primera de un corredor no italiano en doce años, le permite afrontar al madrileño, ya en su segundo año de gloria, el ambicioso objetivo de completar la triple corona.
Desde la creación del Tour de Francia, en 1903, sólo cuatro corredores han sido capaces de ganar las tres grandes rondas por etapas (Tour, Giro y Vuelta): los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, el italiano Felice Gimondi y el belga Eddy Merckx.
Sus nombres pertenecen ya a la historia del ciclismo formando un club exclusivo de los poseedores de la triple corona. Otros con méritos suficientes para entrar en la leyenda (Lance Armstrong, siete veces ganador del Tour, o Miguel Induráin, con cinco rondas francesas y dos Giros), nunca pudieron completar la terna.
Induráin jamás pudo saborear el triunfo final en la Vuelta a España. Armstrong, sencillamente, despreció Giro y Vuelta para concentrarse en el Tour y establecer un récord difícilmente superable de siete triunfos consecutivos.
Curiosamente, el veto del Tour al equipo Astana para 2008, por los escándalos del 2007, obligó a Contador, enrolado este mismo año en el equipo kazako tras la desaparición del Discovery Channel, a modificar sus planes y dirigir sus miras a la Vuelta a España, en septiembre.
Nunca pensó en correr el Giro, y de hecho cuando el equipo, diez días antes del comienzo de la carrera rosa, le comunicó la orden de que hiciera las maletas para presentarse en Palermo, las palabras que salieron de su boca fueron "irreproducibles", confiesa su propio director, el belga Johan Bruyneel.
Contador agradecerá, sin embargo, la hora en que los organizadores del Giro, rectificando su decisión anterior, apostaron por el Astana, siempre y cuando acudiera con el ciclista de Pino, con el propósito de reforzar el interés, en los últimos años languideciente, de la ronda italiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario